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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuentos

La humilde flor

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El 'no me olvides' o miosota, es una pequeña flor azul, con un poco de color rojo. Nació así: Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las flores, no obstante una pequeña florecilla le suplicaba: ¡No me olvides!, ¡No me olvides!, pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, una vez que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa pequeña voz, más ya todos los nombres estaban dados, así que Dios le dijo: 'No tengo nombre para ti, pero te llamaras 'no me olvides'. Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre'. Además le dijo que serviría para acompañar a los muertos y para consolar a los vivos.                                                 

El Árbol del Ruiseñor

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Hubo una vez un lindo ruiseñor que hacía su nido en la copa de un gran roble. Todos los días el bosque despertaba con sus maravillosos trinos. La vida volvía a nacer entre sus ramas. Las hojas crecían y crecían. También lo hacían los polluelos del pequeño pajarito. Su nido estaba hecho de ramitas y hojas secas. Algunas ardillas curiosas se acercaban para ver como los polluelos picoteaban el cascarón hasta dejar un hueco en el que poder estirar su cuello. Empujaban con fuerza y lograban salir hacia fuera. Sus plumitas estaban húmedas. En unas cuantas horas se habrían secado y los nuevos polluelos se sorprenderían de lo que les rodeaba. El árbol estaba orgulloso de ellos. Él también era envidiado por los demás árboles no sólo por tener al ruiseñor sino por la belleza de su tronco y sus hojas. Era grandioso verlo en primavera. Al llegar el otoño, las hojitas de los árboles volaban hacia el suelo. Con gran tristeza caían, pero el viento las mimaba y las dejaba caer con suavidad. A...

Cuento de cumpleaños

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EL SOL  Un nuevo día, había llegado, y nuestro amigo el Sol ya estaba listo para salir. Desde bien temprano, ya estaba preparándose para que el día fuera  " Un Gran Día ".  Sin darse cuenta llegó su hora y el cielo se vistió de luz y color. Nuestro amigo el sol estaba muy contento, pues ninguna de esas nubes traviesas habían venido a tapar su resplandor hoy. Desde el cielo, veía a los niños jugar y reír en el parque, la playa... y se sentía feliz porque sabía que en parte era gracias a él. Observando a un grupo de niños, escuchó como contaban lo que iban a hacer cuando se hiciera de noche, el Sol escuchó muy atento como uno de esos niños decía: " Que ganas tengo de que se haga hoy de noche, porque son las fiestas de mi pueblo y esta noche van a celebrarlo, llenando el cielo de brillante cohetes, cohetes que son como estrellas..." El Sol se puso muy triste y no quiso seguir escuchando. El también tenía ganas de ver esos cohetes, pero sabia que no podía ser. Lleg...

Cuento para Salma...

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La llave Mágica Martín era un niño que ya se había hecho tan mayor, que aquel cumpleaños su padre le regaló un  libro ¡sin dibujos! El pobre niño quedó un poco decepcionado, pero al notarlo su padre le dijo: - Este no es un libro cualquiera hijo, es un libro mágico. Pero para descubrir su magia, tendrás que leerlo. Eso estaba mejor, porque a Martín le gustaban todas las cosas mágicas, así que empezó a leer el libro, aunque no tenía muchas ganas. A la mañana siguiente, su padre le preguntó: - ¿has encontrado ya la llave mágica? ¡Así que tenía una llave!. Martín corrió a hojear el libro buscándola, pero no había ni rastro. Volvió muy contrariado, pero su padre le advirtió: - Así no la encontrarás. Tienes que leer el libro. Pero Martín no tuvo mucha paciencia, y dejó de leer, pensando que su padre le había engañado para hacerle leer un poco más, como le había estado diciendo el profesor. Poco después, su hermana Ángela, sólo un poco menor que él, le pidió el libro para tratar ...

Cuento para Salma...

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El valor de las cosas no viene dado por lo que cuestan, así que es fundamental saber cuál es el valor real de las cosas... Había una vez una extraña selva llena de monos bubuanos. Los bubuanos eran unos monos de largos brazos y piernas cortitas, que dedicaban todo el tiempo a adornar sus brazos de coloridas y brillantes pulseras. Cada cierto tiempo les visitaba el macaco Mambo, con su carro lleno de pulseras y cachivaches. En una de sus visitas, apareció con una enormes y brillantísimas pulseras, las más bonitas que había llevado nunca. Y también las más caras, porque nunca antes había pedido tanto por ellas. Todos los bubuanos, menos Nico, corrieron por todas partes a conseguir plátanos suficientes para pagar su pulsera. Siendo tan caras, tenían que ser las mejores. Pero Nico, que guardaba plátanos por si alguna vez en el futuro hicieran falta, y que a menudo dudaba de que todas aquellas pulseras sirvieran para algo, pensó que eran demasiado caras. Pero como no quería desaprove...

Día de cuento...

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El burrito descontento... Era un día de crudo invierno. En el campo nevaba copiosamente, y dentro de una casa de labor, en su establo, había un Burrito que miraba a través del cristal de la ventana. Junto a él, tenía un pesebre cubierto de paja seca. – ¡Paja seca! – se decía el Burrito, despreciándola. ¡Vaya cosa que me pone mi amo! ¡Ay, cuándo se acabará el invierno y llegará la primavera, para poder comer hierba fresca y jugosa de la que crece por todas partes, en el prado y junto al camino!, se preguntabael Burrito. Así suspirando, fue llegando la primavera, y con la ansiada estación creció hermosa hierba verde en gran abundancia. El Burrito se puso muy contento, sin embargo, le duró muy poco tiempo esta alegría. El campesino segó la hierba y luego la cargó en los lomos del Burrito y la llevó a casa. Y luego volvió y la cargó nuevamente. Y otra vez. Y otra. De manera que al Burrito ya no le agradaba la primavera, a pesar de lo alegre que era y de su hierba verde. ¡Ay, cuándo ...

La vasija de la Vida...

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LA VASIJA DE LA VIDA ( Cuento chino ) La vasija agrietada Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: -"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mit...

Cuento para Salma...

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La alegría en todo momento es un tesoro en sí mismo que no cuesta nada llevar... Madi era una medusa curiosa que durante uno de sus paseos por el fondo del mar, descubrió una cueva muy escondida, en cuyo interior había un cofre brillante y misterioso. A su lado, un cartel decía "no podrás llevar joyas más valiosas". Aunque el cofre era pesadísimo, Madi lo llevó a su casa, convencida de haber encontrado un gran tesoro. Una vez en casa, lo abrió llena de nervios y emoción. Pero no contenía joya alguna. Tan sólo un bonito y sencillo vestido que brillaba con ese tono especial que tienen las cosas mágicas. Cuando se recuperó de la desilusión, Madi decidió probarse el vestido y salir a dar un paseo. No era el vestido más bonito que había visto, y era un poco pesado y difícil de vestir, pero le sentaba muy bien, y al momento se sintió más alegre y animada que nunca. Sentía ganas de hablar y saludar a todos, de gastar bromas y contar chistes, y todos cuantos se cruzaban con ella...

Otro cuento para Salma...

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El duende de Los Sueños U na madre estaba harta de que todos los sábados sus hijos se durmiesen tarde. El motivo era que el duende de los sueños no venía a cantarles una nana, como hacía todas las noches de los demás días de la semana. Por eso decidió llamar al duende. -Me es imposible -se disculpó el duendecillo-, Los sábados tengo mucho que hacer, pues el domingo es día de fiesta y los duendes tenemos que ordenar el mundo para que esté más bello. No sólo debo ir al campo para ver si el viento ha quitado el polvo a la hierba y a las flores. ¡Además tengo que subir al cielo . -¿ Para qué? -preguntó la madre. -Para bajar las estrellas una a una y darles brillo. -Eso no es cierto, las estrellas están fijas en el cielo -dijo la mujer. -¿Lo va a saber usted mejor que yo? -protestó el duendecillo. La madre estaba dispuesta a discutir el tema, pero vio a sus niños dormidos y no quiso despertarlos. Así es que nunca sabremos si las estrellas están fijas o no.

Cuento Sufí...

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El anillo... -Vengo maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no hago nada bien, que soy torpe, nadie me quiere. ¿Cómo puedo mejorar?¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después… -Y haciendo una pausa agregó: -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y tal vez después pueda ayudar. -E… encantado maestro -titubeó el joven, pero sintió que otra vez era -Bien -asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba puesto en el dedo pequeño de la mano izquierda y se lo dio al muchacho, agregó: -toma el caballo que está ahí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió. Ap...

CUENTOS PARA SALMA...

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Un cuento que habla del valor del esfuerzo y del trabajo. Selena, la hormiga... La historia pasó en un hormiguero muy bien escondido, repleto de ventanitas, donde se ven entrar y salir permanentemente a los movedizos habitantes durante todo el día. Un verano, Margarita vio a una hormiga que se esforzaba de un modo original, y le llamó la atención. Era la hormiga Selena, hermana mayor de una numerosa familia de catorce hijos. Sus papás contaban con ella para que después del colegio o de jugar, los ayudara a juntar palitos, semillas y hojas que servían para alimentarse durante el invierno. Ese verano en particular, Selena había trabajado mucho, porque su mamá se había ido de viaje unos días a visitar a Penina, una tía anciana que vivía en un hormiguero lejano. Margarita nos contó que era en la otra punta del terreno. Selena deseaba que, al regresar, su mamá pudiera descansar y contarle todas las cosas que había visto en el camino. Por eso, trabajó casi sin descansar juntando hojas, dura...