Otro cuento para Salma...

Una madre estaba harta de que todos los sábados sus hijos se durmiesen tarde. El motivo era que el duende de los sueños no venía a cantarles una nana, como hacía todas las noches de los demás días de la semana.
Por eso decidió llamar al duende.
-Me es imposible -se disculpó el duendecillo-, Los sábados tengo mucho que hacer, pues el domingo es día de fiesta y los duendes tenemos que ordenar el mundo para que esté más bello.
No sólo debo ir al campo para ver si el viento ha quitado el polvo a la hierba y a las flores. ¡Además tengo que subir al cielo .
-¿ Para qué? -preguntó la madre. -Para bajar las estrellas una a una y darles brillo. -Eso no es cierto, las estrellas están fijas en el cielo -dijo la mujer.
-¿Lo va a saber usted mejor que yo? -protestó el duendecillo.
La madre estaba dispuesta a discutir el tema, pero vio a sus niños dormidos y no quiso despertarlos.
Así es que nunca sabremos si las estrellas están fijas o no. 
Hola Sonrisas,con este cuento me recuerdas los cuentos que pecontabaun tio mio,me quedaba embobao.Buy bueno este cuento.
ResponderEliminarSaludos
Antuán
Que dulce cuento Sonrisa.... Cuando mis nietos se quedan a dormir en casa, el momento de leerles o contarle un cuento es el que más me gusta. A ellos les encantan y a mi también. Besitos llenos de estrellas.
ResponderEliminarHola amigos!!
ResponderEliminarMe alegra que os haya gustado el cuento...Antuan mi abuela nos reunía a todos los nietos y nos contaba cuentos y nos quedábamos ensimismados atentos sin perder detalle del cuento.
Luisa, a mi me queda un ratillo para poderle contar los cuentos, pero le gustan esos libros que vienen llenos de imágenes con muchos colores y animalitos. Le encantan.
Gracias a los dos por la visita al blog.
Un beso