Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.
Si lara, todos los días ocurre, somos parte de una trama en un universo en el que las casualidades no existen, y en el que todo está relacionado, y que si logramos desatar nuestro conflicto más profundo, la recompensa es grande en todos los aspectos de la vida.
El 'no me olvides' o miosota, es una pequeña flor azul, con un poco de color rojo. Nació así: Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y color a todas las flores, no obstante una pequeña florecilla le suplicaba: ¡No me olvides!, ¡No me olvides!, pero como su voz era tan fina, Dios no alcanzaba a oírla, una vez que el creador finalizó toda su obra, pudo percatarse de esa pequeña voz, más ya todos los nombres estaban dados, así que Dios le dijo: 'No tengo nombre para ti, pero te llamaras 'no me olvides'. Y por colores te daré el azul del cielo y el rojo de la sangre'. Además le dijo que serviría para acompañar a los muertos y para consolar a los vivos.
*Pequeño Poema Infantil* (Se lo dedico a mi niña Salma) Las hadas, las bellas hadas, existen, mi dulce niña, Juana de Arco las vio aladas, en la campiña. Las vio al dejar el mirab, ha largo tiempo, Mahoma. Más chica que una paloma, Shakespeare vio a la Reina Mab. Las hadas decían cosas en la cuna de las princesas antiguas: que si iban a ser dichosas o bellas como la luna; o frases raras y ambiguas. Con sus diademas y alas, pequeñas como azucenas, había hadas que eran buenas y había hadas que eran malas. Y había una jorobada, la de profecía odiosa: la llamada Carabosa. Si ésta llegaba a la cuna de las suaves princesitas, no se libraba ninguna de sus palabras malditas. Y esa hada era muy fea, como son feos toda mala idea y todo mal corazón. Cuando naciste, preciosa, no tuviste hadas paganas, ni la horrible Carabosa ni sus graciosas hermanas. Ni Mab, que en los sueños anda, ni las que celebran fiesta en la mágica floresta de Brocelianda. Y, ¿sabes
Pues buena suerte.
ResponderEliminarUn beso,
Es cierto, todos los días ocurre
ResponderEliminarGracias César...ojalá y así sea.
ResponderEliminarSaludos
Si lara, todos los días ocurre, somos parte de una trama en un universo en el que las casualidades no existen, y en el que todo está relacionado, y que si logramos desatar nuestro conflicto más profundo, la recompensa es grande en todos los aspectos de la vida.
Bonita forma de decir las cosas.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Bonito relato y sirve para todos,que es verdad que podemos cambiar algo de lo que no,nos guse.
ResponderEliminarSludos
Antuán